
El trabajo duro de años, se puede ir al tacho por una mala decisión en un minuto.
Era un sábado por la mañana, me levante muy temprano para salir a caminar.
Los fines de semana no voy al GYM, así que lo reemplazo por caminatas de 30 minutos.
Luego de algunas vueltas por la urbanización la Aurora, en Miraflores, y caminar por calles desconocidas, fui testigo de un accidente de tránsito.
Aún recuerdo el sonido del motor del auto, que me hizo voltear en un instante, como aceleraba, pero luego de un minuto, se estrelló contra un poste.
Luego de ver el accidente, vi como un joven muchacho salía del auto.
Un bonito auto, en segundos, echo mierda, por irresponsabilidad del conductor, que le pudo costar la vida.
Mi primera reacción fue preocuparme por el auto, que por la persona que iba dentro, mi corazón es así, me falta corregir eso.
Aprendizaje a las malas
Muchas veces necesitamos pasar por estos momentos para aprender una lección, como dicen mientras no te suceda no aprendes.
Recuerdo que yo también he manejado como un loco para muchos (no tengo miedo a la velocidad) pero por suerte nunca me estrelle, pero pudo pasar, y todo mi esfuerzo de años de trabajo se puedo ir al tacho.
Lamentablemente, no he podido corregir esta forma de manejar, por eso tuve que vender el carro deportivo y comprar un carrito con menos fuerza, y además, solo manejar en lo mínimo como última opción.
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